Título: 84, Charing Cross Road
Autor: Helene Hanff
Editorial: Anagrama
Género: novela epistolar
Número de páginas: 126
Sinopsis: Un día, en octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías.
Resulta hermoso cuando un libro llega a tus manos de casualidad y te regala una historia entrañable que te llega al alma y te hace pensar y cuestionarte muchas cosas. 84, Charing Cross Road captó mi atención de entre todos los libros que descansaban en la estantería de la librería y tuve que hacerme con él para leerlo.
Lo primero en lo que me fijé de esta novela fue en el hecho de que estuviese escrita a través de cartas. Al principio pensé que esta correspondencia se llevaría a cabo entre la protagonista y un personaje más, pero no es así. Helene mantiene correspondencia con varias personas durante muchos años, por lo que asistimos a las vidas de dichas personas gracias a estas cartas que se envían. El interés primero de Helene es conseguir ediciones antiguas y especiales de ciertas novelas, por eso escribe a una librería de Londres. Este interés por las novelas será el que nos muestre la historia de sus personajes. Será a través de las cartas que conoceremos y ahondaremos en sus vidas.
Al estar narrado a través de cartas, la historia se lee de forma muy rápida, además es bastante amena y te hace cómplice de lo que está pasando. La buena narración y la atmósfera que se crea ayudan a que te introduzcas en la novela de lleno y no seas capaz de soltar el libro hasta leer la última página.
A veces apetece sumergirse en una historia breve, porque si está bien escrita y bien llevada, en pocas páginas consigue absorberte por completo, provocando una breve desconexión del mundo real para convertirte en cómplice de lo que está ocurriendo entre sus páginas.
El estilo epistolario no es del todo fácil pero esta novela consigue superar todas las dificultades. Es una historia entrañable, un homenaje a los libros. Me encantó. La película con Anthony Hopkins y Ann Bancroft es también una delicia
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